Las boticas eran y son toda una tradición en México. Existen registros que señalan que las primeras boticas en México se fundaron alrededor de 1530.

Los pobladores de una colonia, al sentirse aquejados por alguna dolencia, acudían a la botica, donde el boticario (personaje que atendía el establecimiento), después de escuchar los síntomas tomaba algunas hierbas, polvos minerales, líquidos y, en morteros trituraba los ingredientes seleccionados, los mezclaba en matraces y, al término de algunos minutos, tenía un ungüento, jarabe, aceite o preparado que remediaba los males de su “paciente”.

La botica es pues el lugar donde se preparan remedios medicinales y formulas al momento, droguería es el establecimiento donde se guardan las hierbas, sales minerales y demás ingredientes para realizar una fórmula magistral o un medicamento.

La farmacia apareció a mediados del siglo XX, se encarga de vender los medicamentos ya preparados y empacados por los diferentes laboratorios industriales.